Hoy cuando iba camino del trabajo en mi coche, me acordé de aquel asunto que me sucedió un día de instituto, de un año ya lejano allá por los primeros 80. Era yo estudiante de bachillerato en Fabero, y para bajar hasta Vega, de vuelta a casa, tenía que hacer dedo debajo de un soportal de una tienda al lado de la plaza faberense o a veces, si coincidía bien, podía bajar en el autobús de línea (una vez en Vega solía esperar en el cruce del puente a que pasara algún conocido para subir hasta el Valle). Aquel día, creo recordar que esperaba el autobús cuando en la parada también estaban una chica de San Martín de Moreda y otra de San Pedro de Olleros, que aunque me sonaban de cara no había coincidido mucho con ellas, seguramente porque estaban estudiando en FP. Pues bien, empezamos a conversar sobre la lengua que se habla en nuestros pueblos, ese berciano medio gallego que se dice por allí “chapurreao”, de cómo se dice esta o aquella palabra en los tres pueblos y así surgió el verbo ir en pasado y segunda persona, en castellano “fuiste” (pretérito perfecto simple); yo, aunque sólo hablaba el castellano, porque en casa de mis abuelos nunca se había hablado de otra manera (mi abuelo Pedro me decía que al irse en sus tiempos mozos a Madrid, a su regreso ya siempre habló el castellano), si que conocía la lengua chapurreada del Valle y les dije que en mi pueblo se decía “fuste”, a lo que me contestó la chica de San Pedro (creo que era ella y no la de San Martín), que en su pueblo se decía “fuche”; entonces la de San Martin, toda sorprendida le dijo: “ ¡¡Uff, que raro... eso de fuche!!” De inmediato le preguntamos que nos dijera como se decía en su pueblo, a lo que nos contestó: “¡ Cómo se va a decir... foche!”. Nuestras risas fueron amplias al oír su respuesta; a ella le parecía raro fuche, pero totalmente normal foche, que a decir verdad a mí aún me sonaba más raro. Ella estaba acostumbrada a oir ese vocablo "foche" que le era totalmente familiar cuando el otro, "fuche" algo más cercano quizás al fuiste, le sonaba rarísimo. Son las curiosidades de un lenguaje que varía así en tan sólo unos pocos kilómetros de distancia , los que separan a unos pueblos de otros; se dice que a medida que nos alejamos del límite natural del Sil, más se acerca el lenguaje del Bierzo al gallego...
No hay comentarios:
Publicar un comentario