En blanco y negro, aunque más en blanco que en negro, era como se veía la tele en el pueblo a principios de los setenta, que es de cuando tengo mis primeros recuerdos. Vivía yo en aquella época con mis abuelos, mis primas carnales y alguno de los hermanos pequeños de mi madre, o sea mis tíos (como tantos otros hijos de emigrantes que se tenían que marchar a Francia, Suiza o Alemania), cuando un buen día cercano a un partido de fútbol de esos que vienen a llamar "el del siglo", aparece en casa el señor de la tienda de televisiones de Vega, creo recordar, con una caja enorme de cartón. Sabíamos que allí dentro estaba aquella televisión Philips, que hasta entonces sólo habíamos podido ver en la cantina de mi abuelo paterno, Pancho y la curiosidad que despertaba en mí y en mis primas y tíos era enorme.
En aquellos tiempos, el esfuerzo económico que había que hacer para adquirir una televisión era grande en comparación con hoy en día, y posiblemente exigiera varios meses de salario del abuelo (jubilado de las minas de Fabero). Aquella televisión era de las primeras del pueblo, quizás sólo habría cuatro o cinco, y la primera del barrio.
Viene a cuento esta reflexión porque estos días con el partido del siglo Barcelona- R.Madrid, rememoré aquel primer recuerdo que tengo de un partido de fútbol visto en la televisión. Y era precisamente un R.Madrid-Barcelona, a principios de los setenta al poco tiempo de comprar la tele mi abuelo Pedro. Y recuerdo cómo en la cocina de la casa, con la televisión enchufada al voltímetro y encima de la nevera nos agolpamos en torno al calor de la lumbre de la cocina de carbón, todos los miembros de la familia y algunos vecinos del barrio, a ver aquel otro partido del aquel ya siglo pasado. Y una imagen que no se me olvida, más que la del partido en sí que ya ni me acuerdo del resultado ni de los jugadores (Amancio y Zoco quizás), es aquella de los cientos de puntos blancos con los que se veía la pantalla y nos preguntábamos si sería que nevaba en Madrid… Más tarde supimos que no, que aquellos puntos blancos no significaban nieve porque en el telediario también se veían los puntos blancos y ya si que nos parecía difícil que nevara en el plató….jajaja. Y después vinieron programas como el UN, DOS, TRES que no nos lo perdíamos, o aquellas series como CRÓNICAS DE UN PUEBLO, EL HOMBRE Y LA TIERRA, FURIA o aquel HOMBRE DEL TIEMPO con sus grandes gafas y su vara señalando el mapa de España de nubes y soles, de borrascas, frentes y anticiclones.
Que buenos tiempos aquellos, aunque fueran en blanco y negro…
En aquellos tiempos, el esfuerzo económico que había que hacer para adquirir una televisión era grande en comparación con hoy en día, y posiblemente exigiera varios meses de salario del abuelo (jubilado de las minas de Fabero). Aquella televisión era de las primeras del pueblo, quizás sólo habría cuatro o cinco, y la primera del barrio.
Viene a cuento esta reflexión porque estos días con el partido del siglo Barcelona- R.Madrid, rememoré aquel primer recuerdo que tengo de un partido de fútbol visto en la televisión. Y era precisamente un R.Madrid-Barcelona, a principios de los setenta al poco tiempo de comprar la tele mi abuelo Pedro. Y recuerdo cómo en la cocina de la casa, con la televisión enchufada al voltímetro y encima de la nevera nos agolpamos en torno al calor de la lumbre de la cocina de carbón, todos los miembros de la familia y algunos vecinos del barrio, a ver aquel otro partido del aquel ya siglo pasado. Y una imagen que no se me olvida, más que la del partido en sí que ya ni me acuerdo del resultado ni de los jugadores (Amancio y Zoco quizás), es aquella de los cientos de puntos blancos con los que se veía la pantalla y nos preguntábamos si sería que nevaba en Madrid… Más tarde supimos que no, que aquellos puntos blancos no significaban nieve porque en el telediario también se veían los puntos blancos y ya si que nos parecía difícil que nevara en el plató….jajaja. Y después vinieron programas como el UN, DOS, TRES que no nos lo perdíamos, o aquellas series como CRÓNICAS DE UN PUEBLO, EL HOMBRE Y LA TIERRA, FURIA o aquel HOMBRE DEL TIEMPO con sus grandes gafas y su vara señalando el mapa de España de nubes y soles, de borrascas, frentes y anticiclones.
Que buenos tiempos aquellos, aunque fueran en blanco y negro…